London: una torre, dos puentes y un pésimo sentido de la orientación

Ese domingo que fui a Tower Bridge es el único en el que recuerdo haber sufrido FRÍO en serio. El resto de los días en Londres la verdad es que estuvo muy templado y la campera de invierno que uso acá más pullover de lana, allá era demasiado y debajo solo llevaba una camiseta, a veces con una camperita de lana. Salvo ese día, que no me alcanzaba el abrigo y ya andaba con gorro de lana. Al lado del río era aún peor, lloviznaba, soplaba viento fuerte y húmedo... un desafío. La mañana/mediodía la pasé en Brick Lane (en donde ya hacía bastante frío), recorriendo la Renegade Crafts Fair y Brick Lane Market. Y como al terminar allí aún era temprano me fui directo hacia Tower of London. Toda esta zona hiper turística se puede visitar por dentro, hacer los tours guiados pero yo ni loca iba a perder tiempo valioso en eso. Basta de museos y espacios cerrados. Al Beefeater le saqué fotos de lejos y ya. Me quedaban solo dos días en London. Opté por caminar como poseída a lo largo del Thames hacia Tower Bridge. Ese lo quería ver de cerca y cruzarlo, aunque no tenía ni idea qué me esperaba del otro lado. ¡Es realmente imponente!

eran como de una especie de tejido metálico


Caminando por esa zona se pueden apreciar de cerca muchos de los edificios ultramodernos que conforman el paisaje arquitectónico actual, en contraposición a lo demás, tan antiguo e histórico.

este se llama The Shard

y este gordito y redondo es City Hall y fue diseñado por el arquitecto Norman Foster. Acá no se aprecia pero tiene un perfil escalonado.

y por fin, Tower Bridge. Cuanto más me acercaba, más lindo se veía

por esta escalerita y luego a la izquierda se sube
al nivel de la calle para atraversarlo


La vista desde arriba del puente. Al fondo se puede avistar de izq a der: el Walkie Talkie, The Cheesegrater (el rallador) y The Gherkin (el pepinillo), los nombres populares de otros tres rascacielos modernos, aunque cada uno tiene su nombre real, oficial. 


cruzándolo me di cuenta que es más largo de lo que parece

por ahí venía, me di vuelta para ver qué dejaba atrás



Y una vez que crucé hacia el otro lado... no sabía para dónde agarrar, no había nada a la vista que pareciera tipo centro comercial. Fui de forma bastante improvisada, confiando en que en algún lugar iba a conseguir wifi libre pero me costó, me metí en un barrio y seguí caminando sin rumbo hasta que encontré una calle céntrica, donde había un Tesco y un café al lado.

ajá. ¡estaba en Southwark!


En el café me atendió una chica super atenta, me preparó un café píccolo muy rico junto con un croissant. Ahí por suerte había buen wifi así que abrí google maps, me ubiqué por dónde andaba y cómo hacía para volver al otro lado del río y seguí mi camino. El cruce lo hice por London Bridge, otro puente famoso por su nombre pero que no tiene encanto arquitectónico alguno. 


la vista desde el café

St Paul's al medio que también me quedó por visitar


Cuando vi lo lejos que me había quedado Tower Bridge caí en la cuenta de cuánto había caminado. De allí fui a conocer The Monument, construido entre 1671 y 1677 para conmemorar el gran incendio de Londres en 1660, que duró 3 días y destruyó 13.000 casas y gran parte de la ciudad. También se puede recorrer por dentro y subir pero yo ni lo intenté y creo que ya a esa hora estaba cerrado. Eso me faltó, una vista aérea de London... y había formas de hacerlo sin gastar un peso pero no llegué. ¡Me quedó pendiente! (junto con el otro millón de cosas que hay para hacer allá).


Después de encontrar el hermoso Leadenhall Market, no sin dificultad, di por terminadas las travesías del día y volví en subte a la zona del hotel, aunque recién eran las 17hs. Ya ni recuerdo qué hice con el resto de las horas de ese domingo. Probablemente merendar en algún café. 

[consulta su diario de viaje] 

Ah, no, ahora recuerdo. Terminé agotada, con la espalda super contracturada y dolorida por caminar con los hombros tensos, luchando contra el viento y frío todo el día, cargando una mochila más la cámara pesada al cuello. Me compré una ensalada en Marks & Spencer cerca del hotel (que parece fue escasa y me quedé con hambre). Me encanta recontruir los días en base a mis notas, fotos y tickets de compras cuando la memoria me empieza a fallar. 

Queda un solo post/paseo por London antes de tomar el Eurostar rumbo a Paris. 


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