De cuando me harté y vi la luz al final del camino... de la moda

Antes de meterme de lleno en el tema de hoy quiero agradecerles por la cálida bienvenida que me esperaba en los comments de mi post anterior. ¡Es muy lindo saber que están allí! Y a decir verdad yo también los extrañaba. 

De paso aprovecho a contarles que hoy, 16 de agosto, es la fecha oficial de nacimiento de Le Monde Esthétique, por lo cual está cumpliendo ocho años. ¡Feliz cumple, blogcito! Gracias por bancarme mientras estuve ausente. 

Ahora sí, les cuento de qué se trata esto. De comodidad. Y de rebelión. 

Resulta que yo detesto, con furia, los pantalones chupin. No. Scratch that. chupin. Lo que en realidad odio es el tiro alto, en cualquier modelo de pantalón. Eso. Sí. Es bien específica mi enjundia. Pero no porque exista - me disgusta e incomoda pero no me opongo a que las demás lo usen - sino porque no me han dejado opción. TODOS los pantalones que se venden ahora, al menos en mis latitudes, son de tiro alto. Y mi anatomía se lleva muy mal con ese corte. Me apreta la panza y me malhumora. Si a eso le agregamos que el pantalón, además, es generalmente skinny, ah, señora, ahí sí que no juego más. Pero eso lo digo ahora, que ya estoy del otro lado (?). Me pasé MESES intentando llevarme bien con el pantalón de tiro alto, porque convengamos que con algo hay que vestirse, ¿no? Decía que pasé meses -años- probándome, invirtiendo mal y frustrándome con dichas prendas. Porque todas las veces que me vestía y salía, inevitablemente, volvía a casa molesta, insultando por lo bajo, quejándome de lo incómoda que estaba, directo a cambiarme por algo realmente cómodo. Un despropósito. Un día dije basta. "¡No puede ser!", grité al aire, sola, mirando el ropero con la puerta abierta. Pero nadie me escuchó y me olvidé del tema por unas semanas.

Un domingo hace poco, presa de la frustración, saqué TODA la ropa de mi ropero (no, no marikondeé nada, ni me la nombren), seleccioné lo que me quedaba relativamente cómodo, sin apretujamientos de panza, y por otro lado todo eso a lo que ya no iba a darle más chances. No quería sentirme, nunca más, angustiada por culpa de la moda. A eso último lo aplasté y escondí en el fondo de un estante; algunas cosas separé para donar. El resto, lo que quedó, lo acomodé de otra forma, para VER sus formas, colores y texturas e inspirarme para reinventar mi vestimenta, con las mismas prendas de siempre. Eso me ayudó bastante. Fue una especie de barajar y dar de nuevo, con el mismo mazo de cartas. Y se ve que, aunque en teoría, nadie me escuchó ese día que grité basta, el destino se encargó de darme una manito.

Desde el 2017 tomo clases de danza (y colectivos) todos los días. Mi trabajo actual (en una radio, donde estoy completamente sola) no me requiere producción alguna, nadie me ve, entonces ni me molestaba. Mi look diario consistía en calzas, remeras y zapatillas (más todo el abrigo necesario para combatir el frío). Algo que de golpe me empezó a molestar porque... me sentía descuidada. Cómoda, sí. Un montón. El apuro, la facilidad de ni pensar en combinar colores, la practicidad... el combo letal. Pero me veía y sentía feucha. Venida a menos. Entonces, un día, así de la nada (o gracias al algoritmo. O a alguien que lee mentes, qué sé yo) me apareció una publicidad en Instagram que utilizaba esta imagen, bastante popular en Pinterest (creo que es publicidad de alguna marca famosa):


Ajá. Mirá vos... Le hice captura de pantalla y la guardé en el teléfono. Al dia siguiente la miré un rato. Y se me prendió una lucecita débil allá al fondo del cerebro. Esto a su vez me sucedió en julio, el mes en que miré otra vez la serie Friends completa, en Netflix (pero de eso les hablaré en otro post). La moda de 1999 al 2004 me hizo recordar cuánto amaba yo los pantalones de tiro bajo. Lo cómodos que me resultaban. ¡Lo mucho que los extrañaba! Hay una temporada, una de las últimas, en la cual Rachel usa unos pantalones HERMOSOS (luego, supe, les dicen "chinos"), que me trajeron a la mente uno gris de Yagmour que yo usaba allá por ¿2004? y que naturalmente ya no tengo en mi poder. Revolví ropa vieja buscando el resto de los pantalones (mi madre; yo le doy ropa para regalar y ella guarda todo) de hace 15/20 años atrás. Me probé. No, mejor dicho INTENTÉ probarme. Ninguno me entraba. Me desesperé pensando, incrédula, que yo alguna vez fui así de flacucha, y ya no more. Hay un antes y un después de la barrera de los 30 años. No quiero ni pensar en la de los 40, que me queda ahí nomás. Prefiero olvidar. Le di orden a mi madre de, efectivamente, regalar todo de una buena vez porque no iba a sobrevivir otro episodio con ese nivel de frustración. Ahí, en esos días, en los que me veía fea con las calzas, el resto de mi ropa me quedaba incómoda y Rachel no paraba de enrostrarme sus pilchas, la lucecita débil se prendió al 100% y todo me cerró. No sé bien por qué pero entré en Pinterest, después de cinco años sin tocarlo. Me reencontré con un board en donde guardaba imágenes de outfits lindos. ¡Todos pre-dictadura del tiro alto! Qué emoción, un viaje al pasado...  Un pin me fue llevando a otro y empecé a encontrar looks nuevos. DE PANTALONES ANCHOS DE TIRO BAJO. Casi me vengo loca. "Pará, ¿todavía existen? ¿dónde se consiguen? ¿en qué parte del mundo son moda?". Me pasé horas guardando imágenes, actualizando el tablero y llenándome de nuevas ideas e inspiración. Sweaters amplios, camisas sueltas, pantalones de sastrería, sacos de paño, sombreros, zapatillas urbanas, ah... ¡qué satisfacción! "Acá me quedo yo", pensé. Me dio cierta tranquilidad darme cuenta que estaba levemente encaminada. Ya tenía en mi ropero muchas de las prendas y accesorios básicos de los outfits que encontraba. Me faltaban los pantalones, claro. Cerca de mi casa hay un outlet que vende saldos de ropa (nueva) de esa época dorada. Por $200 -DOSCIENTOS- me conseguí un hermoso pantalón de vestir. Días después entré a curiosear a un negocio de ropa usada (en excelente estado) en Bahía Blanca. Y me fui con otros tres pantalones, de esos "chinos" que tanto extrañaba, a $30 - sí, treinta- cada uno. Como nuevos. Solo tendría que acortarles el ruedo o cambiar un botón. A esa casa de usado volví una vez... y otra vez. En cada visita me hice de gangas increíbles a precios impensados. En total, creo que me armé de unos ocho pantalones lindos, cómodos, clásicos y fáciles de combinar, al precio de lo que me costaría MEDIO pantalón nuevo de moda. La emoción que me causaba encontrar a) pantalones del estilo que yo quería b) que hubiera talle para mí y encima me quedara perfecto c) fuera una ganga. ¡Aguante el thrifting! Acá aún está visto con cierta desaprobación pero en el resto del mundo la gente compra ropa vintage (y no tanto) como estilo de vida, una movida consciente con el medio ambiente. Dejar de gastar en ropa nueva descartable (el 90% de lo que se consigue ahora es bastante ordinario) y optar por lo usado. Veo que en Europa hay varias apps para comprar y vender ropa, para hacerla circular, reciclar y reducir la basura. Acá... estamos un poco lejos de esa mentalidad. No importa, ya llegará. Por lo pronto yo ya me hice muy fan del thrifting/segunda mano. Claro que no puedo conseguir todo lo que necesito allí pero sí piezas claves para armar combinaciones. Capsule wardrobe que le dicen. Con una selección de pocas prendas básicas intercambiables te podés vestir, mínimo un mes, sin aburrirte. 

Ya veo que me van a reclamar que esto es puro blabla y poca imagen. Podría haber armado una mini sesión de fotos en casa pero no es el caso. No me va a salir presentable. Mejor les muestro una colección de outfits que elegí en Pinterest, de esos que me abrieron los ojos y permitieron encontrar un look alternativo, que me resultara acorde a mi estilo, a mi bolsillo y por sobre todo, cómodo. Porque en definitiva ahí, en la búsqueda de esas tres cosas, comenzó mi "rebelión".






Sweaters de colores neutros? Tengo aunque pocos.
Camisetas rayadas, blancas o colores pastel? check!
Zapatillas urbanas claras u oscuras? check!
Zapatos oxford claros y oscuros? Check and check!
Campera de lana gris larga ? Sacos de paño? Trench marrón? Sí, todo tenía.
Camisa de jean, blanca o colores claros? También. 
Boyfriend jean? Mmmm, tengo uno que se le acerca (al jean, no al boyfriend).
Saco tipo sastre? Ya le incauté uno azul marino a madre, que a su vez fue primero de padre. 

Durante los últimos años había estado construyendo este estilo, paso a paso, sin darme cuenta. Me estaba esperando a la vuelta de la esquina. Solo faltaba un empujoncito. Justo lo fui a encontrar, de todos los lugares, ¡en una publicidad de Instagram! Esas que suelo ocultar y denunciar porque molestan.


Sombrero clásico de ala ancha? Tengo. Facebook me recordó que lo compré en 2014.
Anteojos simil carey? Los estoy usando desde 2015. Esos de la foto son un sueño. Uno imposible. Ahora compré unos nuevos, de metal y borde celeste, más redondeados. Aún estoy tratando de sentirme cómoda con ellos. Me veo rara.
Las adidas gazelle de la foto quedarán de inspiración nomás porque acá sólo las traen para hombre, desde el número 39. Y yo calzo 36. 


Cuello infinito? El sábado pasado, sin buscarlo, iba caminando por el centro y lo vi, así, igualito a ese gris, en una vidriera. Entré, compré y me lo llevé puesto. 
Tote bag de simil cuero: compré uno en Isadora, el año pasado, y es tan pesado y rígido que cada vez que lo uso, además de chocarme todo por la calle y en el colectivo, quedo con dolor de espalda. Ese de la foto se ve livianiiiiito y bello. Igual, no me resulta cómodo. Yo necesito bolsillos. Otra vez será.
Las Nike, bonitas también. Me recuerdan a unas azules que usé de chica, cuando calzaba 35.
Ahora solo me falta juntar coraje para teñirme el pelo de gris ceniza como esa chica. Le tengo unas ganas... 



Se coló un look con pollera larga plisada. Eso aún no consigo. Acá no llegó la moda.

Junto con estos guardé algunos looks con zapatos de taco alto (¿pumps? ¿stilettos? algo así) que también he adquirido en los últimos años, en negro y en nude, por si la circunstancia lo ameritaba pero no ha habido tal circunstancia aún.

Me doy cuenta que son todos outfits como para otoño/invierno/primavera (al menos, de mi locación geográfica). Muchos de ellos tienen los tobillos al aire. Yo, todo muy lindo, lo uso, pero CON MEDIAS GRUESAS, que me llegan a la rodilla. Gracias. No pienso sufrir frío. 

En verano no sé de qué me voy disfrazar porque los 35° constantes no dejan mucho margen para combinar y accesorizar (¿existe esa palabra?). Pero para eso faltan un par de meses. Por ahora seguiré disfrutando de mi descubrimiento, combinando mis humildes prendas, pineando inspiración en mi board de clothing + style y buscándole la vuelta a mi estilo, que afortunadamente es bastante clásico y fácil de lograr con poco. 

¿Ustedes cómo se llevan con la ropa? ¿También andan necesitan un portazo y búsqueda de algo que se ajuste más a la propia anatomía y comodidad?


Comentarios

  1. Lo que contás de los pantalones, a mí me pasó hace unos años con los zapatos (tal vez lo recuerdes, estaba re intensa con el tema): ni un zapato más o menos clásico, plataformas de los más ordinarias, oxfords que no son mi estilo ni un poquito... fueron épocas oscuras (?). Por suerte desde hace un tiempo se consigue de todo. En cuanto a los pantalones, el tiro medio es mi elección: no me queda tipo strapless, pero agarra lo que tiene que agarrar y lo mantiene en su lugar.
    Ps: casi cualquier circunstancia, para mí, amerita tacos. Ponételos y ya. Y si no, mirame a mí, que laburo en una CONSTRUCTORA y le doy al stiletto como si tal cosa xD

    ResponderBorrar
  2. Amo este estilo, me encanta porque es cómodo, canchero y fácilmente tranformable a un atuendo nocturno (les cambias las zapas por tacos y listo). Yo estoy un poco en la misma que vos con el tema de las calzas y zapatillas, aunque para ir a la oficina mínimamente me tengo que poner algo un poco más arreglado, pero como no me ve nadie tampoco me preocupo demasiado. Mi problema es que estoy muy por encima de mi peso saludable, entonces la ropa no me queda como me gustaría y estoy en una batalla conmigo misma para poder volver a ese peso saludable. A mí los pantalones tiro bajo siempre me parecieron incómodos porque tengo mucha cadera y no me tapan bien, yo soy más del tiro medio/alto, pero cada cuerpo tiene sus cortes y lo importante es sentirse cómoda.
    Me alegro mucho de que haya conseguido lo que querías y a precio razonable, es un gran win win :)
    Saludos, Aya*

    ResponderBorrar
  3. Me encantaba y me quedaba tan bien el tiro bajo!! Al tiro alto me resistí pero dentro de todo no me queda tannn mal. Igual acá consigo tiro medio así que no hay problema.
    Qué suerte que hayas conseguido tanta ropa. Yo le tengo "cosa" a la ropa usada de desconocidos (sí hemos hecho ferias con amigas y tengo prendas que sé de quién son).

    ResponderBorrar
  4. Me encanta que hayas encontrado lo que estabas buscando!
    Yo amo los jeans tiro alto pero es una cuestión de gustos claro! Uso la version mom años 80 que no son para nada chupines. A mi el tiro bajo, con el salvavidas que tengo, no me hace sentir cómoda. Y pensar que en los 90 nos moriamos por tener unos cuando se pusieron de moda! Ahora en cambio me siento un matambrito �� Pero en general con los jeans aprendí que la incomodez se soluciona comprando un número más grande del que tengo! Y yo también odio los pantalones ajustados estilo chupines. Son la muerte. Siento que me falta el aire así que prefiero todo flojo y cómodo.
    Y los pantalones de vestir en el invierno sobre todo son lo más. Ahí también pasa por un tema de comodidad. Y en verano desde hace unos veranos empecé a comprar pantalones amplios de telas livianitas que son lo más (onda evitar mosquitos y piernas sin depilar ��) Este año descubrí que los pantalones de lino SON LO MÁS. Cómodos y no tan calurosos como creía. En fin, a mi dame espacio y comodidad pero a las calzas las dejé de usar hace unos años porque no me gustan como me quedan! Solo para estar en casa o salir de caminata rápida por el barrio. Te felicito por el cambio y las ganas de sentirte y verte bien! Y por favor animate al pelito gris estoy segura te va a quedar HERMOSO! �� ❤️

    ResponderBorrar
  5. Me encanta como llegaste a la solución! Era tomarse el tiempo. Yo también odio los pantalones de tiro alto! Pero nunca me he planteado comprar ropa de Segunda, aquí en Colombia tampoco hay ese hábito, o tal vez si y yo no sé. Lo que me pasa ahora es que después del embarazo quede muuuy flaca! Probablemente me quedaría ropa de hace años pero ya no está conmigo. Tendré que hacer lo que tú, tomarme el tiempo y volver a mi tablero de Pinterest a ver si me identifico con el.

    Ya dije que me encanta tu vuelta? ;)

    Un abrazo

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Gracias por leer y comentar