Lecturas: Patti Smith y sus memoirs

Hoy quiero contarles algo sobre los libros de Patti Smith. Leí "Just kids" hace varios años -creo que en 2015- y recuerdo que me gustó mucho. Pero la forma en que ella relata sus memorias no se condice con la furia punk con que canta sus canciones. Sus relatos son dulces y sentidos, llenos de pequeños detalles significativos. En aquel momento mientras leía "Just kids" empecé a investigar su música, a la cual nunca había prestado mayor atención. No me resultó de interés, salvo algunas canciones sueltas. Me sorprendió la diferencia de estilos, eso sí. Sus dos facetas. En papel, tranquila y afectuosa. En la música, enérgica, contestataria, rebelde. A fines de 2018 leí su último (hasta ese momento; el viernes pasado ya publicó otro, "The Year of the Monkey", que ansío leer pronto) libro de memorias,"Devotion", que no son solo memorias sino que estas actúan como presentación de un cuento, que ocupa la mayor parte del libro. 


El relato -que se le ocurrió durante una estadía en Paris- no es lo que más me gustó, debo admitir. Es demasiado extraño. Pero la introducción y epílogo los disfruté como loca, especialmente porque describe sus rutinas diarias en New York, en Paris y otros lugares que visita en ese viaje. Es un libro breve, se lee en poco tiempo. Terminé, releí partes, subrayé párrafos, ideas, observaciones. Fue un absoluto placer y me quedé con tal sensación de vacío - book hungover que le dicen ahora - que inmediatamente tuve que empezar a leer su otro libro de memorias, "M Train", publicado en 2016, (entre "Just kids" y "Devotion").



El título hace referencia al tren de pensamientos, el mental. En este libro relata su vida más reciente, de escritora y cantautora madura, sus achaques, penas y alegrías, sus viajes, anhelos. Lo que más me gusta de sus memorias es su hábito de estar siempre en movimiento. Sus rutinas diarias, las horas que pasa en cafés, escribiendo sin parar lo que se le cruza por la mente. Sus observaciones, sus fotos instantáneas analógicas. Y que al vivir en una ciudad grande como New York puede subirse a trenes, colectivos y subterráneos y recorrerla sin descanso ni destino final, al mejor estilo flâneur que describía Baudelaire. Tambien en "M Train" me la pasé subrayando ideas. Se las quiero compartir. Algunas, no todas, para que no quede tan largo (y de paso, si les atrae, compren sus libros y la lean).

Una gran verdad: 
"Nunca se paga demasiado por la tranquilidad de espíritu".

Esto podría ser mi descripción exacta (si tuviera lindos cafés acá, en donde leer y escribir en paz):
"Todas las mañanas me despertaba, me ponía el abrigo y el gorro, agarraba el bolígrafo y el cuaderno, y recorría la Sexta Avenida camino a mi cafetería. Me encantaban el abrigo, la cafetería y la rutina matinal. Era la expresión más clara y simple de mi solitaria identidad".

Esta en particular casi me hizo besar el libro. Quisiera escribirle y contarle que me pasa exactamente lo mismo:
"Leí muchos libros allí y al terminarlos los cerraba embelesada, pero antes de llegar a casa ya había olvidado el argumento. Aunque eso me llenaba de inquietud, me guardé para mí esa extraña aflicción. Ahora miro las cubiertas de aquellos libros y su argumento sigue siendo para mi un misterio que no soy capaz de resolver. Libros que amé y en los que habité, pero que no consigo recordar".

Jamás imaginé que ella pudiera conocer la serie ¡y al actor! pero... same, Patti; same:
"Encontré el control remoto y vi el final de un episodio de Doctor Who. El perfil de David Tennant, el único Doctor Who para mí".
Estas dos que siguen están hechas de pura melancolía... Cosas que, estoy segura, alguna vez pensé al extrañar un lugar en donde la pasé muy bien: 
"Queremos cosas que no podemos tener. Intentamos recuperar cierto momento, cierto sonido, cierta sensación."
"¿Nos llora lo que perdemos? ¿Sueñan con Roy Batty las ovejas mecánicas? ¿Recordará mi abrigo negro, plagado de agujeros, las intensas horas de camaradería que compartimos? Dormidos en autobuses de Viena a Praga, en las noches de ópera, en los paseos por la playa, en la tumba de Swinburne en la isla de Wight, en las arcadas de París, en las cuevas de Luray, en los cafés de Buenos Aires. La experiencia humana entretejida en sus hilos"
Y esta última, que fue como un cálido abrazo:
"Mi hogar es mi escritorio. La fusión de un sueño. Mi hogar son mis gatos, mis libros y el trabajo que nunca llego a hacer. Todos los objetos perdidos que algún día me llamarán"

Siento que tengo bastante en común con Patti Smith (excepto el éxito y talento). Leer sus memorias me da cierto confort, contención, identificación. Se me ocurre que nos llevaríamos bien como amigas. Y ahora siento la necesidad de releer "Just kids", esta vez en papel. Y, por qué no, también "M Train". Ustedes, ¿leyeron algo de ella?

Como siempre les digo si quieren contarme algo en privado, los emails son muy bienvenidos. 

¡Gracias por leer y comentar!
Que tengan una buena semana, ¡hasta el mes que viene! 






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